Si no existe un punto de vista objetivo para hacer ciertas observaciones, que todo depende del contexto o condiciones de la persona o grupo que lo afirma. Nos vemos obligados a conocer a fondo el contexto que rodea a nuestros clientes (Entorno, mercado, tendencias, competidores..) para poder ofrecerles algo que les aporte valor.
Además si tenemos en cuenta que el observador, solo por el mero hecho de serlo, modifica la realidad que está observando y la interpreta a su modo. Será capital tratar de conocer a fondo a este observador (cliente) para poder darle algo que, de nuevo, le aporte valor.
Entendiendo el concepto de valor como el cociente entre los beneficios (funcionales, psicológicos…) que tiene adquirir un determinado producto y los costes (temporales, psicológicos…) en los que incurre por adquirirlo.
Por tanto cuanta más información «¡útil!»obtengamos del mercado y de los clientes. Y mayor número de elementos de marketing, coherentes con esta información, consigamos hacer interactuar con los consumidores. Más posibilidades tendremos de alcanzar el objetivo previsto…fabricar clientes fieles.
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