Han pasado ya más de 10 años, más de una década de compartir experiencias y reflexiones con alumnos, asesorar a Clientes y disfrutar de una profesión apasionante que cada vez nos plantea nuevos retos. Echando la vista atrás invaden mi memoria muchas alegrías y también algún fracaso, que observado con la perspectiva que da la distancia resulta esencial para mejorar personal y profesionalmente.
Los tiempos han cambiado y es preciso cambiar con los tiempos, sincronizar nuestro modelo de negocio con el entorno para ofrecer soluciones fiables a nuestros Clientes. Combatir la crisis con calidez, trabajo bien hecho y sobre todo proactividad. Nuevos problemas requieren nuevas soluciones y profesionales capaces de liderar y aunar voluntades, sumando y multiplicando en vez de restar y dividir.
La clave, por encima de todo, reside en desarrollar organizaciones orientadas de forma decidida hacia el Cliente. Modelos de negocio capaces de generar valor adaptándose a las necesidades y deseos de los consumidores.
La teoría es muy bonita pero nada tiene sentido si no somos capaces de bajarlo al terreno y llevarlo a la práctica, remangarnos y trabajar codo con codo con los profesionales de cada empresa con objeto de analizar, diagnosticar y tomar decisiones rápidas y valientes. Relativas a lo siguiente:
- Aligerar y optimizar al máximo el modelo de negocio con acciones «coopetitivas» e innovadoras.
- Establecer lineas estratégicas claras pero a la vez flexibles que nos permitan ser operativos y pasar la acción.
- Gestionar la relación y experiencia del Cliente.
- Establecer un diálogo continuo con nuestro público objetivo que integre el mundo offline y el on line.
- Y sobre todo abrir nuestra mente y tener la seguridad de que está todo por hacer.
Teniendo en cuenta siempre que en el mundo del Marketing la verdad absoluta no existe y la razón la da o la quita la cuenta de resultados. En consecuencia todo planteamiento que no tenga incidencia positiva en la cuenta de resultados no sirve para nada.
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