El mes de Augusto Octavio llega a su fin y Septiembre espera pleno de incertidumbre. Comienza un nuevo curso en donde se vislumbran nuevos caminos entre la inestabilidad general y la seguridad de que no queda otra que continuar caminando.
A pesar del mar de pesimismo que nos rodea las cosas nunca son tan extremas si somos capaces de seguir luchando, el camino es tortuoso por lo que es fundamental tener claro el rumbo y el ritmo. Y sobre todo observar, decidir y pasar a la acción.
Durante los meses anteriores he recorrido, principalmente, la zona norte de esta vieja piel de toro intercambiando experiencias y reflexiones. En mi opinión, todavía son pocas las personas y empresas que han comprendido la nueva coyuntura y están tomando decisiones valientes. Se impone la queja y la protesta perdiendo un tiempo precioso que impide seguir avanzando aunque sea despacio.
Ser avestruces o águilas, meter la cabeza en la tierra o alzar el vuelo, observar y atacar. Teniendo en cuenta lo siguiente:
- Ha nacido un nuevo perfil de Cliente que va adecuando su forma de proceder a la situación.
- Ya no hay mercado para todos, solo quedarán los mejores.
- Lo que falta se inventa y es básico agudizar la imaginación.
- La flexibilidad, la rentabilidad y la liquidez son conceptos decisivos a la hora de gestionar.
- Es imprescindeble colocar al Cliente en el centro del negocio y gestionarlo de la forma adecuada.
- Los plazos se acortan, la planificación estratégica se complica y es necesaria «la acción con mentalidad estratégica»
- Pero lo peor es el inmovilismo, o te mueves o te mueven.
Durante los proximos meses continuaremos con los proyectos en marcha e iniciaremos nuevas colaboraciones, cruzaremos el charco para compatir reflexiones con el continente americano. Seguiremos aprendiendo y caminando que es de lo que se trata. Ya que el movimiento veloz que agita el mundo sólo se escucha andando.
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