Observo como ha crecido de manera espectacular la comercialización y el consumo de aguas minerales. Sólo en España existen más de 100 marcas.
Las grandes empresas de distribución, hace unos años, identificaron una linea de negocio con futuro y se lanzaron a la compra de pequeñas empresas embotelladoras al lado de manantiales. En el Pirineo Aragonés sin ir más lejos, Coca – Cola adquirió Vilas del Turbón, Damm compró Veri y Pascual Aguas de Ribagorza.
El cuidado de la salud, la moda, el culto al cuerpo y el Marketing han conseguido que el agua ocupe un lugar de honor en las cartas de algunos restaurantes como los mejores vinos. Se esta potenciando un producto aportándole exclusividad, glamour y distinción. Recuerdo como en algunos hoteles Argentinos, en las habitaciones ofrecían el agua mineral Evian a un precio de 6 euros.
Al igual que los perfumes se busca la diferenciación mediante el envase, llaman la atención aguas como la Gaélica Tau o la noruega Voss (En la imagen). Se hace referencia a sus propiedades beneficiosas para la salud o al exotismo de los manantiales donde se extrae.
En definitiva se trata de dar valor a un producto incoloro, insípido e inodoro. Del cual sin lugar a dudas se conoce su fórmula…
es increible!! como si se tratase de perfumes! creo que es excesivo,de momento lo de «si no es agua x» no la bebo me parece que por el momento es cosa de famosos y ricos caprichosos.
En mi opinión, no es lo mismo una botella de agua que por ejemplo un vino o un perfum,en éstos también influye el marketing por supuesto pero te pueden gustar más unos que otros por distintos motivos ¡(el agua puede ser de mayor o menor dureza o lo que sea pero se supone que es insípida). Además creo que influye mucho el hecho de que un producto sea más caro o esté más valorado a la hora de comprarlo para una tercera persona y el agua todavía no la veo como regalo aunque con el tiempo ¿quién sabe?
Un saludo
María F.