Quejese señor cliente

Piense en esta situación…

Acudimos a un determinado establecimiento y nos sentimos descontentos con el trato dispensado. Tenemos dos opciones; marcharnos con nuestra decepción o quejarnos del trato recibido.

Si elegimos la primera de las opciones, probablemente no volvamos al establecimiento en cuestión.

En cambio si escogemos la segunda, atienden nuestra reclamación y son capaces de resarcirnos volveremos al lugar como clientes fieles.

La queja es una segunda oportunidad que nos proporciona un cliente descontento. Pongamos los mecanismos adecuados para que nuestros clientes se quejen ya que el 70% de ellos no lo hace y por tanto no vuelve. Y por supuesto atendamos y demos respuesta a todas las reclamaciones.

En ocasiones no estará nada claro y no sabremos con seguridad si el cliente tiene razón o se intenta aprovechar de la situación, en esos casos mi consejo es que cedamos. No cometamos el error de perjudicar a un cliente que se queja con honestidad.

Es vital la empatía continua, pongámonos en el lugar del cliente y sobre todo escuchémosle con atención.

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