«Más caro que formar a un trabajador y que se vaya, es no formarlo y que se quede.» Henry Ford.
Es vital la formación continua en la empresa que permita, tanto a los trabajadores como al equipo gestor, afrontar con garantías un entorno cambiante y cada vez más competitivo.
Establecer una planificación seria de la formación en nuestra compañía orientada a mejorar carencias que podamos detectar y no de cara a la galería o simplemente porque nos lo indique nuestra certificación de calidad.
A su vez la formación impartida debe ser muy practica y aplicable al trabajo diario. Que realmente mejore las competencias del trabajador y que revierta en beneficio de la empresa.
En ultima instancia es preciso que realicemos un control de las actividades desarrolladas y el grado de cumplimiento de los objetivos planteados en las mismas.
Me gusta hablar siempre de formacción, la formación orientada a la acción tanto indoor como outdoor. De procesos formativos de inmediata aplicación al quehacer diario, ya que en la formacción lo único importante es lo que el trabajador es capaz de aplicar a su puesto una vez finalizado el proceso. Si es mucho el curso, seminario, actividad… habrá sido un éxito.
Como decía Benjamin Franklin: «Invertir en formación proporciona siempre los mejores intereses»
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