20 años en la mochila

Sergio Bernués HEM Sevilla

20 años en la mochila. Han transcurrido 20 años desde aquellos días en los que decidí iniciar un camino por cuenta propia, transitando por la senda del marketing y el crecimiento personal, tras estar dos años y un mes en la gerencia del Centro de Formación Ribagorza.

A lo largo de estos cuatro lustros, han sido varias las épocas en las que de forma voluntaria, o forzado por las circunstancias del destino, ha sido preciso parar, reflexionar y reiniciar el camino. Cuestionar todo lo realizado hasta entonces, desaprender muchas cosas y volver a fijar el rumbo.

En aquel verano del 2001, me propuse iniciar un aventura de forma autónoma. Para ello, comencé a leer libros relacionados con el mundo del marketing, la gestión de empresas y el crecimiento personal, con objeto de construir un plan que me permitiera establecer las bases de un proyecto de autoempleo.

A lo largo de estos años, he hecho cosas bien y otras razonablemente mal. He tomado muchas decisiones equivocadas y, volviendo la vista atrás, son muchas las cosas que cambiaría, siendo consciente de que todos estos aciertos y errores son la experiencia que porto en la mochila. Dicen que en la vida unas veces se gana y otras se aprende, sinceramente, pienso que también es fundamental analizar con detenimiento los éxitos, con objeto de tratar de desentrañar el porcentaje que hay de viento favorable y mar en calma, y cuanto de la fuerza impulsora de los remos. El pensamiento crítico es una fuente incalculable de energía para seguir creciendo.

Tras esos primeros pasos, han surgido nuevos proyectos, iniciativas empresariales, que siguen su andadura. Unas se han convertido en proyectos rentables y otras se evaporaron calentadas por decisiones erróneas.

Al caer los 40, decidí hacer un planteamiento que establecía la ruta a seguir para llegar al lugar donde deseaba estar, tanto a nivel personal como profesional, cuando cumpliera los cuarenta y cinco años. En el mismo, se detallaban las acciones para alcanzar las metas y los objetivos predefinidos, fundamentado en que continuaría circulando por una plácida autovía. Desconocía en ese momento que, en ocasiones, el devenir da un golpe de volante y de repente pasas a transitar por una estrecha carretera secundaria o un angosto camino sin asfaltar.

Vinieron años complicados, entre goteros y hospitales, que culminaron con esta pandemia global. Días complejos en los que aprendí a gestionar la adversidad, a reconfigurar la ruta, a reflexionar con calma. Momentos en los que comprendes que la piedra en el camino no es un obstáculo en el mismo, es el propio camino, como expresaba Marco Aurelio.

Llegados a este punto, y tras leer y escribir mucho, es el momento de volver a reajustar el rumbo y el ritmo para adecuarnos al mundo que viene. En los próximos meses os iré contando nuevos proyectos y muchas novedades que creo que os gustarán. Historias que, de alguna manera, reflejan todo lo aprendido en la carretera en estos cuatro lustros, y dibujan nuevos horizontes.

Nos vemos en el mundo virtual y espero que, en el otoño, también en el mundo de verdad. 20 años en la mochila y con espacio para muchos más.

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