El impulsor

Ni gestores, ni líderes. Personas que trascienden

Los impulsores

El impulsor. Impulsar es conseguir que una cosa o persona se ponga en movimiento en una dirección o imprimirle más velocidad aplicándole una fuerza. También hace referencia a inducir o estimular a alguien a realizar una acción.

Winston Churchill decía que un político piensa en las próximas elecciones, en cambio un estadista en las próximas generaciones. Esta máxima del ex primer ministro británico es también aplicable al mundo empresarial. En la empresa nos encontramos con gestores que realizan su tarea de forma más o menos notable, pero lo que realmente precisan las organizaciones de nuestro tiempo son impulsores. Agentes de cambio capaces de influir en la marcha de las empresas y de las personas que las integran con objeto de crear modelos de negocio beneficiosos para los cuatro grupos de influencia que cohabitan en cualquier compañía: Propietarios o accionistas de la misma, trabajadores, clientes y la sociedad en general.

Detonantes del cambio

Detonantes del cambio son aquellos que no se limitan a describir lo que ocurre, no toman decisiones partiendo sólo de la situación presente y actuando en consecuencia, sino que poseen las herramientas precisas para adecuarse a lo que pueda suceder en el futuro con objeto de adaptar el rumbo y el ritmo de la compañía a la nueva coyuntura. No tratan de predecir lo que va a suceder, buscan adquirir competencias que les permitan seguir actuando cuando desconozcan las respuestas.

“Toda la actividad humana está motivada por el deseo o el impulso”. Bertrand Russell (1872 – 1970). Matemático y filósofo británico. Premio Nobel de Literatura en 1950.

El impulsor tiene una visión que excede de lo corriente, su misión es trascender con los hechos, en su ejemplaridad radica su éxito. Se guía por unos valores que dictaminan su proceder y que marcan su camino. Trata de buscar la perfección, aunque es consciente de que no existe, pero sabe con seguridad que esa senda le llevará hacia la excelencia. Es tremendamente agradecido pues tiene claro que solo puede que vaya más rápido, pero acompañado llegará más lejos.

Un impulsor es consciente de que gestionar no es tener todas las respuestas posibles sino estar abierto a todas las preguntas. Que cada paso que damos nos acerca más a nuestro objetivo, bien porque aprendemos del error o debido a que hemos elegido la opción correcta. Es capaz de inspirar, de conectar la visión que subyace en su cabeza con el corazón de su gente.

A diferencia del líder, los impulsores son muchos dentro de cada organización porque tienen la capacidad de contagiar su entusiasmo al resto para invitarles a asumir responsabilidades y tomar las riendas de la situación.

 

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