El futuro de las organizaciones. En esta nueva realidad a la que nos enfrentamos, no han cambiado las reglas del juego, lo que se ha modificado es el juego en su totalidad, con nuevo tablero, fichas renovadas, otras cartas y una mayor influencia de los dados y por lo tanto del azar.
“Aunque las formas cambien con el tiempo, el espíritu perdura”
Mika Waltari. Escritor finlandés
En la época anterior a la pandemia, ya teníamos claro que vivíamos en tiempos de cambio continuo y que nos enfrentábamos a un futuro volátil, incierto, complejo y ambiguo, bautizado con las siglas VUCA por el ejército americano. Un devenir plagado de lo que, el ensayista libanés nacionalizado estadounidense, Nassim Taleb denominó “Cisnes negros”, sucesos raros con un alto impacto sobre los que, a posteriori, inventamos explicaciones erróneas para hacerlos previsibles y explicables. A pesar de que puede ser alta la dificultad de adelantarnos a ellos, si que es fundamental que aprendamos a mitigar su impacto, adoptando las medidas de prevención necesarias y comprendiendo el contexto global en el que nos desenvolvemos. Una vez me dijeron, espera siempre lo mejor pero prepárate para lo peor.
EMPATÍA Y VALOR
Por otro lado, a veces tengo la sensación de que todo cambia para seguir igual. De alguna manera la historia se repite y, aunque se transforman escenarios y contextos, los modos de proceder de los actores permanecen y la esencia de todo también. Al final, tanto en el ámbito profesional como en el personal lo fundamental es ser capaces de ponernos en el lugar de los otros y suministrarles experiencias útiles y placenteras cuando interactúan con nosotros. En definitiva, proporcionarles empatía y valor.
ORDEN, TALENTO Y CONSTANCIA
El éxito de cualquier organización, o proyecto, radica en la capacidad de gestionar e incentivar los tres elementos clave:
- Orden: Debemos establecer unos modos de actuación claramente definidos, y conocidos por todos, que den sentido a la empresa y que especifiquen las tareas a realizar y las metas por alcanzar. Unas formas de proceder que marquen el rumbo de la compañía y aporten coherencia. Cuestiones como cultura corporativa (propósito, visión y valores) o las líneas estratégicas que condicionen la reputación corporativa (segmentación, diferenciación y posicionamiento).
- Talento: De igual manera, es vital la capacidad que tenga la empresa de captar y tramitar el talento, con objeto de ser capaces de aprender más rápido que el entorno que nos rodea.
- Constancia: Por último, es fundamental crear un marco de actuación que propicie el esfuerzo y el desarrollo de la gente que colabora con nosotros. Tenemos que implantar un ritmo contante y continuo que, paso a paso, vaya quemando etapas en pos del propósito y los objetivos definidos.
En consecuencia, ante esta nueva coyuntura, se requieren corporaciones que apuesten por una forma distinta de hacer las cosas. Organizaciones flexibles, menos estructuradas. Compañías más trasparentes que buscan trascender más allá del mero resultado económico que, como hemos visto, es condición necesaria pero no suficiente. Personas que, con su ejemplo y actitud, hacen sentir mejor a aquellos que les rodean, los impulsan y dan lo mejor de sí mismos.
El futuro de las organizaciones. Más información en El Penalti de Panenka | Una parábola de Marketing, Innovación y Personas
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